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La empresa donostiarra fue galardonada con dos premios en el pasado South Summit y acaba de anunciar un acuerdo con el Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol.

Alerion se encuentra en un momento dulce. La ‘startup’ donostiarra se dedica al uso de drones autónomos para crear duplicados digitales de alta precisión de infraestructuras y para el análisis de evaluación de daños automatizados mediante inspecciones en centrales solares, turbinas eólicas y refinerías. Hace pocas semanas ha sido reconocida en el South Summit con dos premios: al proyecto ‘Más Sostenible’ y como ganadora del vertical ‘Energy & Sustainability’. Dos galardones que le aportan visibilidad y le brindan la “oportunidad de entablar conversaciones, sobre todo con inversores, para cuando abramos nuestra próxima ronda de financiación”, avanza Oier Peñagaricano, CEO de Alerion.

Además, acaba de anunciar un acuerdo para ser acelerada por el Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol. Por el momento, el objetivo de esta colaboración, en el marco del Hub de Robótica de Repsol Corporate Venturing, será “implementar nuestra tecnología en varios casos de uso”, como explica Peñagaricano. Un acuerdo que les permitirá ofrecer sus soluciones al sector petroquímico, “en el que hay mucha demanda y en el que vemos futuro, tanto orientado a refinerías, como para estructuras marítimas ‘offshore’”. Desde Repsol recuerdan que “a través de esta colaboración con Alerion buscamos extender el uso de este tipo de soluciones a activos industriales, digitalizando así las operaciones de inspección y promoviendo la robotización en nuestras instalaciones y plantas”.

Uno de los elementos que aporta valor añadido a los servicios que ofrece Alerion consiste en el desarrollo de una tecnología de navegación autónoma de alta precisión para drones basada en herramientas de inteligencia artificial. “El dron es capaz de encontrar la estructura que debe analizar, se acerca a ella a una distancia de entre 1-5 metros y va capturando datos e imágenes sobre el estado de dicha infraestructura. Nuestros drones van capturando datos, y luego, aparte, en su interior están dotados de redes neuronales para poder detectar daños. Entonces, recorre la estructura a una distancia muy corta, lo que le permite conseguir datos de alta calidad y muy alta definición, y los va analizando”, detalla Peñagaricano.

Esta información permite realizar inspecciones en refinerías o aerogeneradores para la “detección de anomalías, daños, identificarlos y localizarlos en la estructura, saber exactamente dónde están, qué tamaño tienen y de qué gravedad son”. Los datos obtenidos también permiten generar informes para cumplir con los estándares de cada industria o el desarrollo de gemelos digitales mediante fotogrametría y nubes de puntos LiDAR. En este último caso, se combinan los datos y la inteligencia artificial para ofrecer una representación fiel y predecir modos de fallo. De hecho, los sectores en los que se centra esta ‘startup’ guipuzcoana son el eólico, el fotovoltaico y el oil & gas, “que son los que más demandan nuestras soluciones de inspección”, aclaran.

Los drones son hoy en día una tecnología madura, aunque todavía requieren de afrontar ciertos retos. Uno de ellos se centra en la autonomía de vuelo y la duración de las baterías. Todo depende del tipo de dron, el tamaño, la capacidad de la batería, y las labores a llevar a cabo, pero como norma general la autonomía de un dron profesional oscila entre los 25 y 40 minutos. Otro de los retos, según recalcan desde Alerion, se centra en el mundo de la sensórica: “Más allá de que el dron esté dotado de cámaras térmicas o LiDAR, sería interesante disponer de tecnologías de medición 3D, tecnologías de ultrasonidos por contacto, xerografía y otras tecnologías para realizar mediciones electromagnéticas para ver descargas de corona en líneas de alta tensión. Hay mucha sensórica que se está desarrollando y el reto de cara a los drones es miniaturizar estos aparatos para que pesen menos y sea más sencillo utilizarlos en drones”.

Al margen de los reconocimientos y acuerdos antes mencionados, los últimos meses han sido muy movidos para esta compañía donostiarra que da trabajo a 23 profesionales que abarcan aspectos multidisciplinares como la analítica de datos, la inteligencia artificial o la visión artificial. Acaban de terminar un proyecto europeo financiado por el Instrumento PYME con el objetivo de desarrollar un dron para inspecciones en parques eólicos ‘offshore’ (construidos en el mar). Asimismo, durante la pandemia han logrado proyectos en países como México, Chile o Ucrania gracias a la Agencia Vasca de Internacionalización, Basque Trade & Investment, la sociedad pública del Gobierno Vasco resultado de la fusión de los servicios internacionales de SPRI y de la Dirección de

Internacionalización del Departamento de Desarrollo e Infraestructuras del Gobierno Vasco. “Nos han ayudado mucho en el contexto de la pandemia de cara a encontrar ‘partners’ en países de fuera de la Unión Europea con los que poder realizar los trabajos”, agradece el CEO de Alerion.

La ‘startup’ donostiarra también se encuentra en la actualidad inmersa en un proyecto financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo (FEDER) a través del Programa Hazitek del Gobierno Vasco orientado al sector ‘offshore’ flotante de aerogeneradores en el que lideran la parte de robótica, tanto aérea como submarina.

Mirando al futuro, los retos de Alerion pasan por “crecer y realizar proyectos internacionales”. “Queremos tener una posición más relevante a nivel internacional. Todo ello sin olvidarnos de seguir desarrollando tecnología para ofrecer soluciones cada vez más avanzadas, tanto en la parte de drones como en la de la analítica de datos”, recalca Oier Peñagaricano.

El impulso de proyectos internacionales de las empresas vascas es uno de los objetivos que persigue el Grupo SPRI, que a través de Basque Trade and Investment, la Agencia Vasca de Internacionalización, integra en una ventanilla única todos sus recursos y apoyos como Elkartu, Gauzatu o las Becas BEINT y Global Training.