El agro permanece inmune a la parálisis económica que la cuarentena impuso a la mayor parte de la actividad. Se considera que las variaciones en su producción están directamente relacionadas con las condiciones climáticas, que no han sido óptimas.
Se espera una cosecha de soja cercana a 50 millones de toneladas, un 10% por debajo de la campaña anterior. Otros 50 millones de toneladas se proyectan para el maíz, con una merma del 12%. En tanto, la cosecha de trigo cerró con un nivel récord, cercano a 20 millones de toneladas.
Se espera, además, que el impacto sobre las actividades de comercialización y exportación sea mínimo.
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