El 13 de octubre la Organización Mundial del Comercio (OMC) autorizó a la UE a imponer aranceles por valor de 3.993 millones de dólares (2.890 millones de euros) a Estados Unidos como contramedida por los subsidios ilegales al fabricante de aviones Boeing. La decisión se basa en las conclusiones anteriores de la OMC que reconocen los subsidios estadounidenses a Boeing como ilegales, según la normativa de la OMC.
En octubre de 2019, tras una decisión similar de la OMC en un caso paralelo sobre los subsidios de Airbus, Estados Unidos impuso represalias arancelarias que afectan las exportaciones de la UE por valor de 7.500 millones de dólares (unos 6.900 millones de euros). Estos aranceles siguen vigentes hoy, a pesar de las medidas decisivas adoptadas por Francia y España en julio de 2020, seguidas de las de Alemania y el Reino Unido, para garantizar que cumplen plenamente con la decisión anterior de la OMC sobre las subvenciones a Airbus.
La Comisión Europea lleva meses alentando la desescalada para poner fin a esta guerra arancelaria con Estados Unidos. Tras conocer el anuncio, el Comisario responsable de comercio, Valdis Dombrovskis, ha señalado que Bruselas apuesta por una solución negociada a un contencioso que se prolonga durante más de una década, pero también advierte de que está dispuesta a defender los intereses europeos y responder de forma proporcionada. Para ello, utilizaría las represalias arancelarias en caso de que no haya perspectivas de llevar la disputa a una solución mutuamente beneficiosa. Esta planificación de contingencia incluye la finalización de la lista de productos que quedarían sujetos a aranceles adicionales de la UE.
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