Grupo Reiner, con sede en Itziar y fábricas en Polonia y México, se consolida como referente europeo en los sectores de la automoción y la medicina.
El Polígono Industrial de Itziar acoge la sede de Reiner, un grupo centenario vinculado al sector de la inyección de plástico que cuenta con plantas productivas en Polonia y México, emplea a 110 personas y está centrado exclusivamente en los sectores de la automoción y la medicina. En el primero es referencia en Europa con una cuota de mercado de casi el 20% en el ámbito de la suspensión, mientras que en el ámbito médico es capaz de fabricar suministros como las grapas craneales a partir de inyección de plástico con una eficacia y una eficacia extraordinarias. Javier Igarza, gerente y miembro de la cuarta generación familiar de esta empresa, analiza para el Grupo SPRI las claves de presente y futuro de esta compañía vasca.
¿Cómo podríamos explicar de forma divulgativa la actividad de su grupo, la inyección de plástico?
Lo que hacemos básicamente es industrializar una idea, un concepto o un producto final que ya ha diseñado un cliente y convertirlo después en una realidad de plástico, fundamentalmente para la Automoción y la Medicina.
Resulta curioso que desde que su bisabuelo fundara la empresa hace casi un siglo siempre se hayan dedicado a la misma actividad…
Nuestra historia está ligada a la transformación del plástico. Al principio, con las técnicas del momento, que eran distintas a las que se utilizan hoy en día, que están basadas en la inyección de plástico, lo que aporta al resultado final una mayor automatización y unos sistemas de control que nada tienen que ver con los que había hace casi un siglo.
¿Pero por qué esa exclusividad con dos sectores?
Porque es lo que mejor sabemos hacer y porque es el mercado el que nos ha ido guiando a lo largo de los últimos años. En todo este tiempo hemos sido competitivos y desarrollado conocimiento propio a partir de nuestra experiencia, por eso no hemos cambiado.
¿Existe alguna razón para no dar el salto a la aeronáutica?
No existe ninguna razón concreta más allá de que nos hemos especializado en auto y el sector médico y no hemos desarrollado capacidades para abordar el ámbito de la aeronáutica.
¿Qué hacen por ejemplo, para el sector de Automoción?
En los últimos años hemos tratado de dejar de ser generalistas dentro de este sector para intentar desarrollar conocimiento en base a nichos o funciones concretas dentro de lo que es el coche, por eso nos hemos especializado en fabricar todos los componentes plásticos que lleva la suspensión de un vehículo . Y de cara al futuro estamos preparándonos hacia el paso siguiente como es la producción de elementos de electromovilidad.
¿En qué momento da el salto Reiner al sector médico?
En el año 2008 decidimos diversificar hacia otros sectores y pusimos foco en el sector médico y pharma, que son los sectores en los que operamos en la actualidad.
¿Qué son las grapas craneales?
En este caso se trataba de un producto que había desarrollado una empresa , un sistema de cierre o sutura para las operaciones de cerebro, que antiguamente se cerraban con un alambre. Pues bien, se pusieron en contacto con nosotros y diseñamos un sistema a través del cual se utiliza un material plástico (peek) que después de la operación se integra en el propio hueso con una serie de beneficios extraordinarios.
¿Qué secuelas les está dejando la pandemia?
Hemos pasado meses de un parón prácticamente total con demandas de apenas el 15%, pero a partir de ese período de inflexión hemos ido recuperando poco a poco la actividad y ahora estamos ya en situaciones un poco más soportables. Es cierto que este año lo hemos comenzado con muchas dudas y bastante incertidumbre, sobre todo en el sector del automóvil, pero hay que resistir y capear.
¿Y qué cree que, como empresa, han aprendido de ella?
La importancia de la flexibilidad y el trabajo en pro del objetivo del grupo más allá de los objetivos individuales de cada uno.
Son casi 100 años de historia los que les contemplan… ¿El futuro de Reiner va a pasar, sí o sí, por dónde?
Nuestro futuro pasará por entender al cliente y aportar conocimiento tanto en producto como en proceso para poder ser competitivos y aportar valor al mercado.