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La empresa de Antzuola cuenta con más de 650 profesionales repartidos por sus plantas en Europa, Asia y América, y trabaja en un nuevo plan estratégico para seguir apostando por la calidad y el I+D en un mercado cada vez más cambiante.

En 1965 nace en el corazón de Gipuzkoa una empresa familiar dedicada al mecanizado de piezas forjadas. Sin embargo, los fundadores de Elay, Jose Luis Elkoro y Claudio Ayastuy, no tardaron en darse cuenta de que otro camino podría marcar la diferencia en su empresa. Así, cinco años más tarde en 1970, la empresa cambió su rumbo hacia la técnica del corte fino, una decisión que marcó un antes y un después en la empresa de Antzuola.

“Sin duda, el cambio de actividad fue todo un punto de inflexión para Elay, por una parte, porque en ese momento el corte fino era una tecnología puntera a nivel europeo y, por otra, porque nos permitió llegar a nuevos clientes y productos del sector de la automoción y, después, abrirnos a otros sectores como la industria nuclear o la construcción”, matiza Iban Iriondo, director general del grupo.

Tanto es así que el grupo dio el salto al mercado internacional abriendo dos plantas más, una en México en el año 2000 y otra en China en 2013. Hoy en día Elay abastece al mercado europeo, mexicano, estadounidense y asiático desde sus tres plantas, en las cuales cuenta con más de 650 profesionales repartidos por todo el mundo, en concreto, 223 en Antzuola, 384 en México y 67 en China. “Nuestro objetivo es convertir Elay en un proyecto duradero y afianzado y creemos que para conseguirlo es necesario establecer implantaciones productivas en otros países, para tener capacidad de satisfacer las necesidades de nuestros clientes globales”, explica Iriondo. “Todo esto lo llevamos a cabo sin perder nuestra identidad, trabajando desde unos valores muy claros que nacieron en Antzuola y hemos expandido al mundo: crear riqueza alrededor, respetando el medio ambiente y garantizando a las personas unas condiciones de vida dignas”, apunta.

De hecho, el grupo ha creado un modelo de producción propio tomando como referencia Lean y TPS (Toyota Production System): Elay Bidea. “La clave de nuestro modelo es enfocarnos en las personas, tanto en los trabajadores, como en los proveedores y los clientes. Poniendo el foco en las personas y desde las personas tratamos de mantener una mejora continua para lograr crear riqueza a nuestro alrededor y garantizar la satisfacción de nuestros clientes”. Este modelo trasciende a todas sus plantas y se coordinan entre ellas, tanto desde la directiva como de grupos multidisciplinarios. “La verdad es que los sistemas IT nos han ayudado muchísimo para mantener un nivel de coordinación eficaz”, admite el director general.

Calidad, I+D y reflexión estratégica

El sector principal para el que trabaja Elay es el de la automoción. Produce piezas para sistemas de varias tipologías: seguridad, transmisión, asientos, frenos, carrocería, conexión y combustión, entre otras. Y sus piezas se encuentran en clientes globales como Daimler, Bosch, Faurecia, Federal Mogul o Lear. “La automoción es un sector muy competitivo, por lo que ofrecer una calidad óptima y duradera es una obligación. Si no aseguras este nivel de calidad en un plazo reducido estás fuera del mercado”, advierte Iban Iriondo. Así pues, el grupo guipuzcoano gestiona toda su actividad dirigida hacia la calidad, guiado por en el modelo EFQM (European Foundation for Quality Management) y con el objetivo de 0 PPM (cero defectos). Desde Elay aseguran saber cómo lograr esta meta: “Con una inspección y manipulación automática en el 100% de los sensores, troqueles y moldes”. Además, todas sus plantas cuentan con certificados ISO 9001 y ISO-TS 16949.

Junto a la calidad, Elay apuesta también por el I+D, “es un aspecto al que damos una importancia estratégica”, apunta Iriondo. De hecho, actualmente participa en un proyecto junto a Mondragon Unibertsitatea, y tras recibir la aprobación técnica por parte de SMART EUREKA, ahora trabajan en la propuesta con el CDTI. “Gracias al proyecto HeatForm seremos capaces de ofrecer nuevas oportunidades a los TIER1 (proveedores de primer nivel) y a los fabricantes de OEM (fabricante de equipamiento original), pues permitirá cortar acero S700 MC con volúmenes de producción actuales y tecnología de vanguardia”, explica el director general. Para desarrollar el proyecto han creado un consorcio con la empresa turca Teknorot y la universidad turca Hacettepe.

Asimismo, este 2021 Elay se encuentra inmerso en un proceso de reflexión estratégica, procedimiento que lleva a cabo cada cuatro años, y que este año cobra más importancia por el escenario que ha dejado la COVID-19 en el sector, en particular, y en el mercado, en general. “Aunque tras la pandemia hemos podido recuperar la actividad en nuestras tres plantas, es importante llevar a cabo una reflexión en cuanto a la estrategia para conseguir un crecimiento y una rentabilidad duradera, y satisfacer las necesidades de nuestros clientes en un mercado cada vez más cambiante”, concluye Iriondo.

El impulso de proyectos internacionales de las empresas vascas es uno de los objetivos que persigue el Grupo SPRI, que a través de Basque Trade and Investment, la Agencia Vasca de Internacionalización, integra en una ventanilla única todos sus recursos y apoyos, fruto del conocimiento de los distintos sectores y de los países.