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La masificación en la electrificación del transporte es un paso central hacia la transición energética de América Latina y el Caribe. Uruguay es un ejemplo de los beneficios que podría producir la electrificación del transporte público en la eficiencia del sistema eléctrico, y con ello, impulsar la transición energética, clave para el futuro del sector.

Un reciente estudio del BID muestra que las ganancias de UTE, la empresa eléctricas de Uruguay, por la venta de electricidad para la recarga de unos 750 ómnibus sería de hasta US$32 millones durante la vida de los vehículos (o US$ 43.000 por vehículo).

El estudio del BID concluyó que el sustituir aproximadamente un 50 % de la flota de transporte público urbano de Montevideo por buses eléctricos brindaría beneficios a la empresa eléctrica por la venta de electricidad en todas las condiciones hidrológicas consideradas. Además, la electrificación del sistema energético focalizada en el transporte público impactaría de forma positiva a la poblaciones de menor ingreso.

¿Qué hace que esta oportunidad sea especialmente interesante para Uruguay?

Uruguay es uno de los países de América Latina con mayor integración de energías renovables y en particular energías renovables no convencionales. En 2019 el 98 % de la demanda de energía eléctrica se abasteció con energía de origen renovable, de los cuales el 33 % fue energía eólica.

Las fuentes no convencionales como eólica y solar no son despachables por lo que dependen de la disponibilidad y variabilidad del recurso. Esto implica que, cuando el porcentaje de introducción de estas tecnologías es considerable, puede haber momentos donde la generación sea mayor que la demanda por lo que puede ser necesario cortar generación. Además, por las características del viento y de la demanda de energía eléctrica en Uruguay, en horas de la madrugada es donde se presentan mayores excedentes de generación eólica. Esto lógicamente no optimiza el funcionamiento del sistema e implica pérdidas de eficiencia. La introducción de mecanismos de gestión de la demanda y el uso de almacenamiento (tanto estacionario como con vehículos eléctricos) puede mejorar la eficiencia y aportar ganancias al sistema por la venta de esa electricidad.

Los vehículos eléctricos son almacenamiento sobre ruedas y pueden, por lo tanto, contribuir a la sostenibilidad del sistema eléctrico al hacer un uso eficiente de la energía renovable variable y al mismo tiempo al apoyar la descarbonización del sector transporte. El sector transporte es responsable de un 24,3 % de las emisiones de CO2 por quema de combustible a nivel mundial y el 96,7 % de la energía utilizada proviene de combustibles fósiles).

Electrificación del transporte para reducir las emisiones

El sector de transporte público en Uruguay funciona casi exclusivamente impulsado por combustibles derivados de petróleo y representa casi un 25 % del consumo energético del país. Por lo tanto, la electrificación de la movilidad se perfila como una buena alternativa para reducir la intensidad de emisiones del sector y la dependencia de los combustibles importados y aprovechar los posibles excedentes de generación en horas de la madrugada para realizar su recarga.

Este es un ejemplo en el que se muestra que la electrificación del transporte público puede traer beneficios en diferentes dimensiones: disminución de las emisiones, disminución de polución urbana, mejora del transporte público y además mejora de la eficiencia del sistema eléctrico.

blogs.iadb.org