Las plantas manufactureras de México están enfrentando una creciente presión por reanudar sus actividades a medida que reinician su producción otras fábricas del mundo con las que están integradas en sus cadenas de valor.
Estados Unidos (EU) es el epicentro de ese apremio. El principal dato que evidencia esa complementariedad es el comercio de autopartes, uno de los más interdependientes en América del Norte.
En el 2019, Estados Unidos le vendió a su vecino del sur partes automotrices por un valor de 33,192 millones de dólares y le compró esos mismos productos por casi el doble, 61,682 millones de dólares.
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