La Cámara de los Comunes logró detener ayer el inminente Brexit sin acuerdo al que estaba dispuesto a llegar Boris Johnson en caso de no llegar a un acuerdo con la UE para el 31 de octubre, mediante una ley propuesta por los laboristas y los conservadores rebeldes que obligaría al Primer Ministro a pactar con el bloque europeo.
El líder Tory sufrió un nuevo revés en el pleno parlamentario que se celebró ayer en Westminster. Y es que, 327 diputados, frente a 299 en contra, votaron a favor del instrumento legal que forzaría a Johnson a lograr un acuerdo sobre el Brexit con la Unión Europea o, en caso contrario, una nueva prórroga de la fecha de salida.
Boris Johnson era consciente del asedio que le iba a esperar en la Cámara de los Comunes, por lo que centró su estrategia desde el primer momento en pedir por activa y por pasiva unas elecciones generales anticipadas. El Primer Ministro, confiando en los sondeos, considera que podría salir victorioso en unas hipotéticas elecciones el 15 de octubre, logrando una nueva mayoría parlamentaria. Para ello, necesitaría el apoyo de dos tercios del Parlamento y, por tanto, el voto del Partido Laborista. El líder laborista Jeremy Corbyn, quien llevaba mucho tiempo pidiendo una convocatoria a las urnas, no cayó en la trampa que le estaba tendiendo el Primer Ministro y optó por evitar las elecciones hasta que la prórroga del Brexit sea una realidad.
Ante este aparente callejón sin salida para Johnson, este decidió atacar directamente a Corbyn, asegurando que «tenía miedo a someter al veredicto de la ciudadanía la propuesta de la ley de rendición ante la UE». El líder laborista, por su parte, comparó la proposición de Johnson de convocar elecciones generales con «la manzana de Blancanieves».
Fuentes: El País, The Guardian