Boris Johnson ha descartado rotundamente este escenario; sin embargo, es posible aun con la negativa del nuevo Primer Ministro.
En Reino Unido, la convocatoria de elecciones generales se rige por dos leyes: la Ley de Registro y Administración Electoral de 2013 y la Ley de Parlamentos de Plazo Fijo de 2011. La primera establece que el periodo mínimo para una campaña electoral es de 25 días hábiles, siendo necesarias cinco semanas entre la convocatoria de elecciones y el día de la votación. La segunda, por su parte, fija que la fecha de las próximas elecciones será el 5 de mayo de 2022 a no ser que se de alguno de estos dos sucesos: que dos tercios del parlamento voten a favor de celebrar elecciones anticipadas o que haya un voto de desconfianza hacia el actual Primer Ministro y que el gobierno alternativo no sea capaz de generar una moción de confianza en las próximas dos semanas.
Por tanto, si Boris Johnson se ve obligado a solicitar en el parlamento el 19 de septiembre unas elecciones anticipadas para el 24 de octubre (último jueves antes de la fecha oficial de salida de la UE) y dos tercios de los diputados están a favor, habría elecciones generales. En caso de que Johnson no estuviera seguro de obtener los dos tercios necesarios, podría cambiar la Ley de Registro y Administración Electoral de 2013 para acortar el plazo de cinco semanas y ganar tiempo. Para ello, debería gobernar en mayoría, cosa que podría suceder después de las elecciones parciales de Brecon y Radnorshire. Conviene recordar que antes de 2013 el periodo mínimo para convocar elecciones era de tres semanas o 17 días hábiles.
Ante esta premisa, tanto Boris Johnson como sus opositores en el parlamento, tienen estrategias diferentes de cara a unas elecciones generales. El primero para evitarlas a toda costa, y los segundos para poder convocarlas antrs de la fecha de salida:
El plan de Boris Johnson para esquivar las elecciones antes del Brexit:
Boris Johnson parece estar listo para el desafío de los parlamentarios pro-UE de derrocar su gobierno este septiembre preparándose silenciosamente para unas elecciones “ciudadanos vs políticos”, una vez Reino Unido haya abandonado la Unión Europea el 31 de octubre, con o sin acuerdo.
Por tanto, pese a que el Primer Ministro británico ha negado por activa y por pasiva la posibilidad de celebrar elecciones generales antes del Brexit, la realidad es que, tras la derrota del Partido Conservador en las elecciones de Brecon y Radnorshire, su gobierno está preparándose para una posible pérdida del voto de confianza en septiembre.
El asesor principal de Boris Johnson, Dominic Cummings, confía en que, en caso de darse es escenario, el Parlamento no podrá retrasar o detener el Brexit. Los parlamentarios que tratan de maniobrar para evitar una salida sin acuerdo tendrán que vérselas con un Primer Ministro que no titubea al afirmar que Reino Unido saldrá de la UE el 31 de octubre “a cualquier precio”.
Y es que, desde Downing Street se deja caer que, como los diputados pro-UE ya habían violado reglas parlamentarias, no deberían sorprenderse si el gobierno actual hace lo propio. En este sentido, Cummings cree que los partidarios del “Vote Leave” harán lo que haga falta para abandonar el bloque europeo en la fecha señalada, por lo que aprovechará para hacer una campana “ciudadanos vs políticos” en Facebook; quedando el gobierno de Johnson en un estratégico segundo plano mientras sigue ganando tiempo.
¿Una coalición de partidos pro-UE para frenar el Brexit?
Los parlamentarios contrarios a una salida abrupta de la UE el 31 de octubre sugieren una coalición de partidos con el único propósito de lograr una extensión del artículo 50. La formación de este gobierno interpartidario, cuyo objetivo sería solicitar una nueva prórroga del Brexit, se daría en caso de que Boris Johnson perdiera un voto de desconfianza en otoño.
El escenario esperado en septiembre es que Jeremy Corbyn, líder laborista, intente ganar un voto de confianza en primera instancia; sin embargo, los otros parlamentarios pro-UE consideran que un “gobierno de unidad nacional” con los apoyos de los demócratas liberales, los nacionalistas escoceses, los ecologistas, los independentistas galeses y algunos independientes tiene más oportunidades de dirigir la Cámara de los Comunes.
En caso de fructificar, este gobierno solamente existiría durante un breve periodo de tiempo, el suficiente para solicitar la extensión del Artículo 50 del tratado de Lisboa. Una vez retrasado el Brexit y ganado tiempo, la coalición se disolvería y se celebrarían elecciones generales; sin una fecha de salida tan próxima. Cabe resaltar que los negociadores europeos estarían dispuestos a ofrecer una nueva prórroga si Reino Unido convocase elecciones generales o celebrase otro referéndum.
El mayor problema de este gobierno reside, lógicamente, en la gran cantidad de partidos que formarían parte del mismo y en las dificultades a la hora de ponerse de acuerdo; aun teniendo en cuenta que el propósito principal es común. El primer escollo podría ser el Jeremy Corbyn, quien podría no querer participar en ningún “gobierno de unidad nacional” si no puede formar su propia administración a través del voto de confianza.
Fuente: Independent, Financial Times