Canadá

Canadá es la 10ª economía global y destaca por tener una economía sólida y diversificada, impulsada por su abundancia en recursos naturales, especialmente petróleo, gas y minerales, pero también por su creciente sector de tecnología, manufactura y servicios financieros. Canadá es además un actor clave en el comercio internacional, con Estados Unidos como su principal socio comercial bajo el Tratado T-MEC, y con acuerdos de libre comercio con la Unión Europea y diversas economías del Pacífico. Su estabilidad, diversificación y apertura comercial hacen de Canadá uno de los mercados en los que las empresas vascas tienen más potencial.

Un mercado muy competitivo abierto al mundo

Canadá, con una población de aproximadamente 40 millones de personas, mantiene una economía sólida y diversificada, impulsada por su riqueza en recursos naturales como petróleo, gas y minerales, así como por sectores en crecimiento como la tecnología, manufactura y servicios financieros. Esta diversificación ha sido clave para su resiliencia frente a las fluctuaciones globales de los precios de las materias primas. En el comercio internacional, Canadá es un actor relevante, con Estados Unidos como su principal socio bajo el Tratado T-MEC y acuerdos de libre comercio con la Unión Europea y economías del Pacífico. Políticamente, goza de estabilidad y un sistema democrático robusto que facilita políticas macroeconómicas consistentes, como la política monetaria del Banco de Canadá, centrada en controlar la inflación. Su estabilidad política, apertura comercial y diversificación económica, junto con una población envejecida, pero en crecimiento, posicionan a Canadá como una de las economías más avanzadas y competitivas del mundo.

El desempeño de la economía canadiense ha sido sólido, impulsado por su diversificación sectorial, que combina una fuerte base en recursos naturales como petróleo, gas y minerales, con sectores en crecimiento como tecnología, manufactura avanzada y servicios financieros. Esta diversificación ha permitido a Canadá resistir mejor las fluctuaciones en los precios de las materias primas y las dinámicas del comercio global. Sin embargo, enfrenta retos importantes como la necesidad de reducir su dependencia de las exportaciones energéticas, adaptarse a las tensiones comerciales con Estados Unidos y China y gestionar la transición hacia energías más limpias. A futuro, las perspectivas son de un crecimiento moderado, con un enfoque en la sostenibilidad ambiental y la diversificación comercial, mientras Canadá busca consolidarse como una economía resiliente y competitiva en el escenario global.

Canadá es uno de los principales actores en el comercio internacional. Sus exportaciones están dominadas por recursos naturales, especialmente productos energéticos como petróleo y gas, que representan más de una cuarta parte del total. El país también es un importante exportador de minerales, productos forestales, productos agrícolas (como trigo y canola), y manufacturas, como vehículos y maquinaria.

Estados Unidos es su mayor socio comercial, absorbiendo alrededor del 70% de las exportaciones canadienses, principalmente a través del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), tratado que con las nuevas políticas arancelarias de Donald Trump está puesto en cuestión. Además, Canadá mantiene acuerdos de libre comercio con la Unión Europea (CETA) y con varias economías del Pacífico bajo el CPTPP, lo que ha permitido expandir su alcance hacia mercados como Japón y Australia. En los últimos años, la demanda de materias primas canadienses ha crecido en Europa y Asia, en parte debido a los esfuerzos de esas regiones por reducir su dependencia de las exportaciones energéticas rusas.

Sin embargo, Canadá enfrenta desafíos en su comercio internacional, incluidas las tensiones con Estados Unidos, que está por ver cómo evolucionan y con China, uno de sus principales mercados de productos agrícolas, y la necesidad de diversificar sus socios comerciales para reducir su dependencia de Estados Unidos. Se prevé un crecimiento de sus exportaciones del 2,7% en 2025 y una media anual del 2% entre 2026 y 2028.

El mercado canadiense es robusto, dinámico y altamente integrado en la economía global, con una estructura que refleja tanto su desarrollo económico como su proximidad a grandes mercados como Estados Unidos. Aunque históricamente ha dependido de sus vastos recursos naturales, como el petróleo, gas, minería y productos forestales, el mercado canadiense ha experimentado una creciente diversificación. Sectores como tecnología, manufactura avanzada, biotecnología, servicios financieros, y energías limpias han ganado protagonismo, convirtiendo a ciudades como Toronto, Vancouver y Montreal en importantes hubs tecnológicos y financieros a nivel global.

El mercado de consumo canadiense es uno de los más avanzados del mundo, con una población que disfruta de un alto nivel de vida y una fuerte demanda de bienes y servicios. Los sectores minoristas, inmobiliario, y de servicios son claves para la economía interna. Además, el consumo ha sido impulsado por una política de inmigración que atrae talento y capital, lo que a su vez alimenta el crecimiento en varias áreas del mercado. Canadá es un destino atractivo para la inversión extranjera directa (IED) debido a su estabilidad política, su infraestructura avanzada y su entorno empresarial favorable. Sin embargo, el gobierno canadiense ha comenzado a restringir ciertas inversiones, especialmente en sectores estratégicos como los recursos naturales y la tecnología, para proteger la seguridad económica y la soberanía.

El riesgo país de Canadá para el comercio e inversiones es bajo, debido a su estabilidad política, marco legal sólido y diversificación económica. Sin embargo, algunos factores generan riesgos moderados. La dependencia de las exportaciones de recursos naturales, especialmente petróleo y minerales, expone a Canadá a la volatilidad de los precios globales. Un entorno comercial más proteccionista en EE.UU., caracterizado por nuevos aranceles y controles fronterizos más estrictos, está generando desafíos para las actividades comerciales y de inversión canadienses. El mercado inmobiliario sobrecalentado en ciudades clave también plantea un riesgo financiero. A pesar de estos desafíos, Canadá sigue siendo un destino atractivo para inversiones con un entorno regulatorio favorable y una economía avanzada, aunque debe gestionar adecuadamente estos riesgos para mantener su competitividad a largo plazo.

La intervención del gobierno en la economía de Canadá se caracteriza por un equilibrio entre políticas de libre mercado y una regulación estratégica para garantizar estabilidad y bienestar social. El gobierno canadiense tiene un papel importante en sectores como la salud, la educación y los servicios sociales, donde se prioriza el acceso universal. En términos económicos, la intervención incluye políticas para gestionar los recursos naturales, promover la energía limpia y regular la inversión extranjera en industrias estratégicas como la tecnología y la energía, limitando, por ejemplo, las inversiones chinas en estos sectores. Mientras impulsa la innovación y la competitividad, Canadá también implementa medidas para proteger industrias nacionales y enfrentar los desafíos ambientales, asegurando un crecimiento sostenible a largo plazo.

Canadá cuenta con 15 Tratados de Libre Comercio que abarcan 49 países. Dada la apertura de la economía, en la que uno de cada cinco empleos está vinculado directa o indirectamente a las exportaciones, la liberalización del comercio seguirá contando con el apoyo de los partidos que gobiernen a partir de abril de 2025. Las políticas en este ámbito se guiarán en parte por la necesidad de mantener estrechas relaciones con EE. UU., con diferencia el mayor socio comercial de Canadá. La certidumbre comercial mejoró con la implementación del USMCA, el tratado sucesor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en 2020, pero la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha vuelto a introducir cierta incertidumbre sobre su aplicación.

Las barreras comerciales en Canadá para las empresas vascas son relativamente bajas, gracias al Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA) entre Canadá y la Unión Europea. Sin embargo, pueden surgir desafíos como la adaptación a los estándares regulatorios canadienses en sectores como alimentos, tecnología o farmacéutica, así como diferencias en las normativas provinciales. Además, en Quebec es obligatorio cumplir con las leyes lingüísticas en francés. A pesar de estas barreras, Canadá ofrece un entorno favorable para las empresas vascas.

El entorno normativo de Canadá apoya a las entidades extranjeras facilitándoles su funcionamiento, una sólida protección de patentes y políticas favorables a la innovación. El sistema jurídico, transparente y eficaz, garantiza la protección efectiva de los derechos de propiedad real e intelectual, la resolución justa de litigios y la ejecución de los laudos arbitrales. Con una buena legislación en materia de insolvencia, la mejora de las tasas de recuperación y esfuerzos para combatir el blanqueo de dinero, Canadá sigue siendo un destino atractivo para la inversión extranjera a pesar de algunas diferencias jurídicas regionales.

David Cormier

Director de Basque Trade & Investment Canadá

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