Brasil

Brasil es la economía más grande de América Latina y una de las más grandes del mundo. Con una población de más de 200 millones de personas, el país ofrece un mercado interno vasto y diverso para una amplia gama de productos y servicios.

Una potencia regional llena de oportunidades

Brasil es la economía más grande de América Latina. Su crecimiento se ha visto ralentizado en los últimos años manteniendo una importante deuda pública con relación a su PIB. El país mantiene la necesidad de abordar reformas estructurales que mejoren la productividad, la competitividad y la sostenibilidad fiscal. Tras el primer gobierno de Luiz Inácio “Lula” da Silva implicado en varios escándalos de corrupción y con la llegada al gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022) Brasil vivió un empeoramiento de su credibilidad y relaciones internacionales a consecuencia de las decisiones de Bolsonaro respecto a la pandemia de la COVID-19 y sus políticas medioambientales. Con el regreso de Lula al poder, parece que Brasil está de vuelta en el escenario internacional, abogando por un mundo multipolar.

El país es altamente dependiente de sus exportaciones del sector agrícola, sector expuesto a las consecuencias de fenómenos climáticos disruptivos. Brasil prevé un crecimiento del PIB en un promedio del 2% para el periodo 2024-2028 tras unos años económicamente convulsos. Se prevé unos años en los que se mantendrá la generación de empleo, la estabilización de la política monetaria, el aumento en la concesión de créditos y del salario mínimo, elementos que impulsarán el mayor consumo e inversión de los hogares dinamizando la economía del país. Además, el gobierno propone un nuevo modelo tributario más simple con el propósito de generar un entorno más propicio para hacer negocios. Igualmente, se prevé un aumento de las exportaciones agrícolas y mineras entre 2024-2028 a medida que se consolide la demanda mundial.

A pesar de que Brasil presentó un déficit de cuenta corriente de 1,4% del PIB en 2023, los riesgos para su economía se ven limitados gracias a un superávit comercial derivado de sus cuantiosas exportaciones agrícolas, una deuda externa controlada, sólidas entradas de inversión extranjera directa y buenas reservas. Se espera que las exportaciones de productos agrícolas y minerales, en particular a China, mantendrán la cuenta comercial en superávit durante 2024-28.

Son variadas las oportunidades de negocios que se pueden encontrar en Brasil debido a su extensión territorial, gran mercado y su economía diversificada. No obstante, dada la dimensión del sector agrícola brasileño, existen grandes oportunidades relacionadas con la tecnología agrícola como maquinaria, fertilizantes y soluciones de agricultura de precisión. También en los sectores de e-commerce y logística, en plena expansión gracias al aumento de la demanda de bienes de sus 215 millones de habitantes, existen oportunidades de negocio. Otros sectores como el desarrollo de infraestructuras y energía con inversiones millonarias así como en el sector minero, especialmente en la mejora de procesos en la cadena extractiva de los minerales, presentan buenas oportunidades para la empresa vasca.

Se espera que la reforma del impuesto de bienes y servicios simplifique el complejo sistema tributario de Brasil, reduciendo el coste administrativo, atrayendo a inversores y ayudando al crecimiento económico del país. La inversión extranjera en el país se focaliza en la industria automovilística y en la industria de las energías renovables. Se espera que las alianzas mundiales de Brasil, así como el superávit de su balanza comercial, lleven a un crecimiento económico sostenido.

Brasil está reformando su sistema tributario para intentar simplificarlo, intentando reducir múltiples impuestos a un solo impuesto de bienes y servicios. Se espera que esta reforma reduzca el coste administrativo, atraiga a los inversores y cree un entorno económico favorable para las empresas. El gobierno se está esforzando en reducir los obstáculos al comercio, con acciones como la aprobación del sistema de pago instantáneo PIX. En resumen, existe una voluntad por parte del gobierno brasileño en hacer que el mercado brasileño sea más atractivo para los inversores.

La economía brasileña está basada en la exportación de producto agrícola, minerales y combustible, y las exportaciones dependen en gran medida de los mercados estadounidense y chino. Esto significa que Brasil es extremadamente vulnerable a los cambios en los precios de las materias primas y a la climatología adversa. Brasil tiene aranceles de importación de hasta el 35%, así como múltiples obstáculos no arancelarios como estándares muy estrictos. En el futuro próximo, Brasil espera posicionarse como un destino de especialmente greenshoring y en menor medida nearshoring para Norteamérica, junto con Argentina y México. El gobierno también está invirtiendo en mejorar el sector industrial, abriendo el mercado para que las multinacionales puedan abrir centros de fabricación.

Brasil tiene varios obstáculos al comercio, tanto arancelarios como no arancelarios, como cuotas que limitan la importación, estrictos estándares de salud y seguridad o un sistema burocrático complejo. El sistema tributario es complejo y tiene impuestos elevados, lo que es un obstáculo para el comercio internacional. Otros obstáculos que dificultan el comercio son la inestabilidad política del país, las fluctuaciones en el valor de su moneda o las deficiencias de su infraestructura. Además, muchos de los socios cercanos de Brasil han empezado a aplicar políticas proteccionistas, limitando el mercado de exportación de Brasil. El derecho de importación, un impuesto federal sobre los bienes importados, varía en función del código del Sistema Armonizado del Mercosur (NCM/SH) del producto, oscilando generalmente entre el 10,0% y el 20,0%, con un tipo máximo del 35,0%. Aun con los aranceles de Mercosur, Brasil tiene múltiples excepciones que aplican aranceles más altos a ciertos productos, siendo los productos agrarios los que más aranceles de importación tienen. La tendencia proteccionista del gobierno, que pretende favorecer la creación de su propia industria a la importación, puede afectar a múltiples industrias.

El sistema legal de Brasil está experimentando una mejora gradual gracias a iniciativas como el programa Justicia 4.0 que buscan simplificar el complejo sistema judicial del país. También se espera que estas reformas lleven a una mejora significativa de las leyes de protección de la propiedad intelectual en el país. Aun así, la eficacia de las medidas anticorrupción sigue siendo un factor de preocupación. La digitalización del sistema judicial llevará a un sistema más eficiente que aumente la confianza de los inversores extranjeros.

Una potencia regional llena de oportunidades

Brasil es la economía más grande de América Latina. Su crecimiento se ha visto ralentizado en los últimos años manteniendo una importante deuda pública con relación a su PIB. El país mantiene la necesidad de abordar reformas estructurales que mejoren la productividad, la competitividad y la sostenibilidad fiscal. Tras el primer gobierno de Luiz Inácio “Lula” da Silva implicado en varios escándalos de corrupción y con la llegada al gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022) Brasil vivió un empeoramiento de su credibilidad y relaciones internacionales a consecuencia de las decisiones de Bolsonaro respecto a la pandemia de la COVID-19 y sus políticas medioambientales. Con el regreso de Lula al poder, parece que Brasil está de vuelta en el escenario internacional, abogando por un mundo multipolar.

El país es altamente dependiente de sus exportaciones del sector agrícola, sector expuesto a las consecuencias de fenómenos climáticos disruptivos. Brasil prevé un crecimiento del PIB en un promedio del 2% para el periodo 2024-2028 tras unos años económicamente convulsos. Se prevé unos años en los que se mantendrá la generación de empleo, la estabilización de la política monetaria, el aumento en la concesión de créditos y del salario mínimo, elementos que impulsarán el mayor consumo e inversión de los hogares dinamizando la economía del país. Además, el gobierno propone un nuevo modelo tributario más simple con el propósito de generar un entorno más propicio para hacer negocios. Igualmente, se prevé un aumento de las exportaciones agrícolas y mineras entre 2024-2028 a medida que se consolide la demanda mundial.

A pesar de que Brasil presentó un déficit de cuenta corriente de 1,4% del PIB en 2023, los riesgos para su economía se ven limitados gracias a un superávit comercial derivado de sus cuantiosas exportaciones agrícolas, una deuda externa controlada, sólidas entradas de inversión extranjera directa y buenas reservas. Se espera que las exportaciones de productos agrícolas y minerales, en particular a China, mantendrán la cuenta comercial en superávit durante 2024-28.

Son variadas las oportunidades de negocios que se pueden encontrar en Brasil debido a su extensión territorial, gran mercado y su economía diversificada. No obstante, dada la dimensión del sector agrícola brasileño, existen grandes oportunidades relacionadas con la tecnología agrícola como maquinaria, fertilizantes y soluciones de agricultura de precisión. También en los sectores de e-commerce y logística, en plena expansión gracias al aumento de la demanda de bienes de sus 215 millones de habitantes, existen oportunidades de negocio. Otros sectores como el desarrollo de infraestructuras y energía con inversiones millonarias así como en el sector minero, especialmente en la mejora de procesos en la cadena extractiva de los minerales, presentan buenas oportunidades para la empresa vasca.

Se espera que la reforma del impuesto de bienes y servicios simplifique el complejo sistema tributario de Brasil, reduciendo el coste administrativo, atrayendo a inversores y ayudando al crecimiento económico del país. La inversión extranjera en el país se focaliza en la industria automovilística y en la industria de las energías renovables. Se espera que las alianzas mundiales de Brasil, así como el superávit de su balanza comercial, lleven a un crecimiento económico sostenido.

Brasil está reformando su sistema tributario para intentar simplificarlo, intentando reducir múltiples impuestos a un solo impuesto de bienes y servicios. Se espera que esta reforma reduzca el coste administrativo, atraiga a los inversores y cree un entorno económico favorable para las empresas. El gobierno se está esforzando en reducir los obstáculos al comercio, con acciones como la aprobación del sistema de pago instantáneo PIX. En resumen, existe una voluntad por parte del gobierno brasileño en hacer que el mercado brasileño sea más atractivo para los inversores.

La economía brasileña está basada en la exportación de producto agrícola, minerales y combustible, y las exportaciones dependen en gran medida de los mercados estadounidense y chino. Esto significa que Brasil es extremadamente vulnerable a los cambios en los precios de las materias primas y a la climatología adversa. Brasil tiene aranceles de importación de hasta el 35%, así como múltiples obstáculos no arancelarios como estándares muy estrictos. En el futuro próximo, Brasil espera posicionarse como un destino de especialmente greenshoring y en menor medida nearshoring para Norteamérica, junto con Argentina y México. El gobierno también está invirtiendo en mejorar el sector industrial, abriendo el mercado para que las multinacionales puedan abrir centros de fabricación.

Brasil tiene varios obstáculos al comercio, tanto arancelarios como no arancelarios, como cuotas que limitan la importación, estrictos estándares de salud y seguridad o un sistema burocrático complejo. El sistema tributario es complejo y tiene impuestos elevados, lo que es un obstáculo para el comercio internacional. Otros obstáculos que dificultan el comercio son la inestabilidad política del país, las fluctuaciones en el valor de su moneda o las deficiencias de su infraestructura. Además, muchos de los socios cercanos de Brasil han empezado a aplicar políticas proteccionistas, limitando el mercado de exportación de Brasil. El derecho de importación, un impuesto federal sobre los bienes importados, varía en función del código del Sistema Armonizado del Mercosur (NCM/SH) del producto, oscilando generalmente entre el 10,0% y el 20,0%, con un tipo máximo del 35,0%. Aun con los aranceles de Mercosur, Brasil tiene múltiples excepciones que aplican aranceles más altos a ciertos productos, siendo los productos agrarios los que más aranceles de importación tienen. La tendencia proteccionista del gobierno, que pretende favorecer la creación de su propia industria a la importación, puede afectar a múltiples industrias.

El sistema legal de Brasil está experimentando una mejora gradual gracias a iniciativas como el programa Justicia 4.0 que buscan simplificar el complejo sistema judicial del país. También se espera que estas reformas lleven a una mejora significativa de las leyes de protección de la propiedad intelectual en el país. Aun así, la eficacia de las medidas anticorrupción sigue siendo un factor de preocupación. La digitalización del sistema judicial llevará a un sistema más eficiente que aumente la confianza de los inversores extranjeros.

Iñaki Gambus

Director de Basque Trade & Investment Brasil

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