Alemania

Alemania es un socio comercial clave para Euskadi y junto a Francia, uno de los destinos principales de sus exportaciones. Desde mediados del siglo XX, cuando la industria vasca comenzó a expandirse más allá de sus fronteras, Alemania se erigió como un mercado prioritario para sectores fundamentales como la siderurgia, la maquinaria industrial y, en décadas más recientes, la automoción y las energías renovables.

La complementariedad entre ambas economías ha impulsado esta relación. Por un lado, las empresas vascas, con su fuerte base industrial y capacidad innovadora, han encontrado en Alemania no solo un mercado sólido para sus productos, sino también un socio clave para la transferencia de tecnología y el desarrollo conjunto de soluciones avanzadas. Por otro lado, la presencia de grandes multinacionales alemanas en Euskadi ha potenciado las relaciones comerciales e interdependencia empresarial que sigue siendo vital para ambos territorios en la actualidad.

El principal socio comercial
de la empresa vasca

Alemania ocupa una posición destacada en el escenario global como una de las principales potencias económicas y políticas del mundo. Con la mayor economía de Europa y la cuarta más grande a nivel mundial, Alemania es un motor clave del crecimiento económico en la Unión Europea y un actor influyente en las decisiones políticas y financieras internacionales.

Además de su fortaleza económica, Alemania desempeña un papel crucial en la gobernanza global a través de su participación en organizaciones multilaterales como la Unión Europea, el G7, el G20, y la ONU. Es conocida por su enfoque en la cooperación internacional, la promoción del libre comercio y la lucha contra el cambio climático.

La economía alemana se caracteriza por tener una base industrial sólida y un enfoque en la innovación tecnológica, siendo líder en sectores como la automoción, la ingeniería, la química, la energía y la tecnología avanzada. Alemania también se destaca por su fuerte sector exportador, siendo uno de los principales exportadores mundiales de bienes, especialmente maquinaria y productos manufacturados de alta calidad.

La economía alemana ha experimentado una prolongada debilidad económica desde la pandemia. El PIB en 2024 descendió un 0,2%m lo que significa el segundo año consecutivo de contracción económica y el peor desempeño económico de entre las economías del G7 desde la pandemia. Se espera un crecimiento anual promedio del 1,2% para el periodo 2025-2028. El contexto geopolítico actual; políticas arancelarias de Estados Unidos, guerra en Ucrania, desaceleración de la economía China, disminución de los pedidos industriales, sumado a las dinámicas económicas internas de bajo consumo, ajuste fiscal, bajo gasto social, escasez mano de obra, constriñen el potencial crecimiento de su economía.

El sector exterior de Alemania desempeña un papel crucial en su economía, siendo uno de los principales motores de crecimiento del país. Alemania es el tercer mayor exportador del mundo, con sectores clave como la automoción, maquinaria, productos químicos y productos farmacéuticos.

Su cuenta corriente ha mostrado consistentemente superávits significativos en las últimas décadas, impulsados por su robusta balanza comercial. Entre 2015 y 2019, Alemania tuvo los mayores superávits por cuenta corriente del mundo en términos nominales, superando a China en algunos años. Se espera que el superávit de cuenta corriente se estabilice durante el período previsto en alrededor del 5-6% del PIB. Esto dependerá del aumento en la demanda por productos alemanes en especial desde China y a los cambios estructurales globales en sectores exportadores clave como el automotriz, especialmente impactada por las políticas arancelarias impuestas por Trump. Las importaciones de gas barato ruso han frenado un poco las importaciones al país y la competitividad de las empresas, pero se irán recuperando gradualmente. Alemania cuenta también con elevados ingresos producto de las inversiones en el extranjero.

La sólida economía de Alemania a pesar del bajo crecimiento por el que está pasando, hace que el país sea atractivo para los negocios. Ofrece una sólida infraestructura, un entorno empresarial estable y una mano de obra altamente cualificada. Además, cuenta con una sólida red de acuerdos comerciales y políticas favorables para la inversión extranjera. Su ubicación central en Europa facilita el acceso a otros mercados importantes del continente.

Podría haber oportunidades en el negocio de las telecomunicaciones y conectividad digital, debido a que Alemania tiene un importante rezago en este tema. Así mismo, la administración y las empresa públicas y privadas requieren actualizarse si quieren ser más competitivas y eficientes. El sector de energía renovables (solar, eólica, biomasa) muestra oportunidades debido a que ya Alemania no cuenta con el gas ruso a bajo costo y tampoco con centrales nucleares que produzcan energía. Debido al envejecimiento de la población se espera una gran demanda en el área de salud en especial en el sector servicios.

La estabilidad económica y su posición como uno de los principales emisores soberanos de referencia en la zona euro hacen de Alemania un país de bajo riesgo para los inversores, respaldada por la solidez de sus instituciones y su historial de finanzas públicas responsables.

A pesar de desafíos recientes, como los costos estructurales más altos, los elevados costes de insumos, una demanda global decreciente, condiciones financieras algo estrictas, elevados tipos impositivos y una escasez de mano de obra. El mercado está abierto a la inversión extranjera, pero está empezando a controlar mercados clave para la economía, como el sector de las altas tecnologías. Su sistema financiero moderno y su sistema legal robusto ofrecen un país seguro a los inversores.

El gobierno interviene estratégicamente en sectores clave como la energía, promoviendo políticas como el «Energiewende» (transición energética), que busca reducir la dependencia de combustibles fósiles a través del fomento de energías renovables. También desempeña un papel crucial en la innovación y la investigación, mediante cooperación público-privada, especialmente en sectores como la automoción y la tecnología avanzada.

Alemania es reconocida por su alto grado de apertura comercial, lo que se refleja en su participación en el comercio internacional y en los numerosos acuerdos comerciales que mantiene a través de la Unión Europea (UE). El país tiene un grado de apertura comercial (es decir, la suma de importaciones y exportaciones como porcentaje del PIB) de más del 85%, lo que lo convierte en la economía más abierta entre los países del G7.

Alemania es un país clave en las cadenas de suministro globales, principalmente en el sector de la fabricación industrial.

La burocracia comercial y los retrasos aduaneros son un obstáculo para los inversores extranjeros, sobre todo los de fuera de la UE. Aunque las normas de seguridad no son discriminatorias, suelen aplicarse estrictamente, lo que puede provocar retrasos. Los Länder (Estados federados) alemanes tienen voz en los asuntos europeos a través del Bundesrat (Cámara Alta del Parlamento), al cual el Gobierno federal debe informar en una fase temprana para que sean aprobados previamente por los Länder. El Gobierno federal hizo un llamamiento recientemente a la reducción de la burocracia nacional y en la UE.

Alemania es un país con una estructura legal clara y transparente, con marcos y procedimientos claros. Aunque ha de ser mencionado que la complejidad de algunos de estos procedimientos y la posibilidad de que el gobierno interfiera en algunos sectores añaden riesgo a su sistema legal. Alemania es un país con un sistema legal altamente efectivo, por lo que tiene una legislación solida sobre derechos de propiedad intelectual, corrupción o monopolios.

Alicia Santamaría

Directora de Basque Trade & Investment Alemania

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