BASQUE FOOD CLUSTER cumple 15 años como entidad clave en el impulso de la industria agroalimentaria de Euskadi. Su director general, Jon Ander Egaña, destaca la evolución del sector y los retos que afronta en los próximos años.
«Hace 15 años, cuando nació el clúster de alimentación de Euskadi, teníamos que construir el concepto de lo que era el sector», explica Egaña. «Éramos pocas empresas, pero con mucha ilusión y ganas de hacer», explica. En la actualidad el clúster cuenta con más de 150 empresas y entidades asociadas y «ha logrado posicionar la alimentación como un sector estratégico dentro de la industria vasca, representando en torno al 10% del PIB y generando el 25% del empleo en la comunidad», destaca Egaña.
Ente los desafíos a los que se enfrenta el sector agroalimentario, el director general de la entidad destaca la digitalización, la eficiencia en los procesos productivos y la necesidad de atraer y retener talento, especialmente en el sector primario. «Tenemos que hacer que el sector sea atractivo y poner en valor lo que somos y lo que hacemos», afirma Egaña. La falta de relevo generacional es uno de los principales problemas, por lo que la fidelización del talento es una prioridad.
Otro de los aspectos clave es la burocracia y la regulación. «Cada vez tenemos más normativas y necesitamos que los procesos sean más ágiles y sencillos», comenta Egaña. Además, factores externos como la inflación y los cambios en el consumo afectan directamente a la industria.
En este sentido, el nuevo plan estratégico 2025-2027 del clúster pone el foco en la conexión y cercanía con las empresas asociadas. «Nuestro reto principal es volver a conectar, estar cerca del socio», destaca el director general.
Proyectos colaborativos y cooperación
Otro de los objetivos principales del clúster es el impulso de iniciativas colaborativas entre las empresas asociadas como la plataforma Ontzi, creada junto con el Gobierno Vasco y la Fundación Elika. Esta comunidad, que reúne a más de 500 agentes de la industria alimentaria, busca soluciones para reducir el uso de plásticos y adaptarse a la nueva legislación sobre envases y embalajes. «Se han presentado en torno a una decena de proyectos y se han movilizado cerca de 2,5 millones de euros para dar respuesta a estos retos», explica Egaña.
Asimismo, el clúster colabora con otros sectores estratégicos como el de la movilidad y la logística para mejorar la eficiencia de los procesos compartidos. También se desarrollan proyectos orientados a la creación de nuevos productos adaptados a diferentes necesidades del consumidor, como la alimentación para personas mayores o infantil.
«El concepto de colaboración es muy amplio y ha ido evolucionando en estos 15 años», concluye Egaña. «Como clúster, nuestro papel es generar confianza, escuchar al sector e identificar oportunidades para seguir avanzando«.
Con el fin de impulsar la innovación entre las empresas vascas, desde pymes hasta grandes compañías, el Grupo SPRI cuenta con diversos programas y ayudas a la innovación como Hazinnova, BDHI Konexio o Innobideak.